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La pirámide de Maslow

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20 de julio de 2021

El psicólogo estadounidense Abraham Maslow en su libro “Una teoría sobre la motivación humana” (1943), desarrolló el análisis de una organización por niveles según nuestros intereses; teoría que se popularizó como La pirámide de Maslow. El psicólogo defendió el argumento de que nuestras acciones están orientadas a satisfacer nuestras necesidades siguiendo un orden de prioridades.

En la base de la pirámide se ubican las necesidades relacionadas con la supervivencia física, como la alimentación, un techo en el que cobijarse… En segundo lugar, mencionaba las relativas a la seguridad personal, como trabajo estable, seguro médico, etc. Luego se refería a las necesidades de afiliación, que tienen que ver con lo emocional y lo social, que buscan la integración personal en la sociedad, sentirse parte del grupo. El reconocimiento: la amistad, la familia o la pareja son también elementos importantes para sentirse aceptado socialmente. Finalmente, la autorrealización personal está en la cúspide de la pirámide.

Han transcurrido casi ocho décadas desde la publicación del libro que originó la Teoría de Maslow, las circunstancias sociales y los medios de los que nos valemos han variado de manera substancial, pero las necesidades del ser humano permanecen inalterables; podremos incidir con más intensidad en alguna de aquellas, pero básicamente permanecen estables.

La Teoría de Maslow aplicada al mundo profesional puede considerarse que comienza cuando las necesidades de orden inferior (fisiológicas, seguridad) están cubiertas. A partir de ahí, las personas de una organización orientarán sus decisiones a encontrar desarrollos profesionales sólidos que protejan sus intereses. LAS RELACIONES INTERPERSONALES EN EL TRABAJO SON NECESARIAS Y EFECTIVAS. La empresa deberá fomentar un buen clima laboral que redundará en una cooperación entre los nuestros equipos, lo que mejora el rendimiento además de generar un ambiente agradable. La comunicación para gestionar los planes de la empresa es importante, los trabajadores y trabajadoras deben sentirse tenidos en cuenta para fomentar un sentido de pertenencia.

En el último nivel a alcanzar, el de la autorrealización, querrá prosperar a nivel personal y para ello deberá convertirse en un experto en lo que hace. Puede que necesite un trabajo de más entidad o un entorno menos supervisado para DESARROLLAR SU CREATIVIDAD Y GESTIONAR LOS PROBLEMAS A SU MANERA; y la empresa deberá proporcionarle los medios adecuados, liberando el potencial del empleado.

A cabo de casi ocho décadas desde la publicación del libro de Maslow, distintos expertos dicen que el psicólogo no tuvo en cuenta algunas evidencias que señalan que el género, la edad y el nivel de conocimiento puede hacer variar el orden de las prioridades, y concretan:

1.- Las mujeres buscan un mejor ambiente y organizaciones más flexibles, mientras que los hombres requieren más formación y estabilidad económica.

2.- Los universitarios consideran una prioridad conocer el contenido y las funciones concretas del puesto de trabajo, mientras que los menos formados valoran mucho la seguridad laboral.

3.- Los jóvenes prefieren una buena formación y las posibilidades de una carrera internacional, mientras de los mayores de 45 años valoran más la seguridad laboral. Establecer un sistema claro de necesidades ayudará a organizarse mejor y alcanzar los objetivos de forma más directa y satisfactoria.

Si la motivación es el impulso que mueve a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación; superados los primeros estadios de la Pirámide de Maslow, el desarrollo profesional adecuado potenciará el conocimiento y la confianza del empleado y el reconocimiento de los méritos ayudará a satisfacer su autoestima y autorrealización. Y sin duda alguna, contar con empleados satisfechos es una de las claves del éxito empresarial, mediante retención del talento, la creación de buen ambiente laboral y una mayor implicación e incremento de la productividad.

Para terminar, y resumiendo: el trabajo bien hecho, que requerirá de formación sostenida/conocimiento, orientado de forma correcta mediante el análisis de la evolución de los mercados, será garantía de unos resultados positivos. Ello deberá ir acompañado por el apoyo por parte de la empresa al desarrollo de la creatividad y de un buen ambiente laboral, que será también función de la empresa el fomentarlo.

 

Kepa Azarloza
Presidente de VASCO